Muchas personas viven diversas problemáticas y suelen pensar que las situaciones por las que atraviesan son casi de manera exclusiva de ellas, por lo que tienden a sentirse solas y caer en cuadros de depresión o ansiedad de manera adicional a las situaciones complejas que se encuentren experimentando.

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La terapia grupal ofrece un espacio en el que diversas personas comparten sus experiencias, limitantes y problemáticas a las que se enfrentan en torno a un tema en común. Esta dinámica permite reconocer que hay un número mayor de sujetos que padece situaciones similares, así como la manera en que otros la han recibido e inclusive superado. El sólo hecho de compartir lo que a una persona le aqueja y de ser escuchado en un ambiente de tolerancia, respeto y empatía, otorga un gran alivio; aún los participantes del grupo terapéutico se ofrecen ayuda unos a otros, se dan palabras de ánimo y de aliento, y comparten experiencias, resultando muy gratificante.

En los espacios de terapia grupal las y los participantes son capaces incluso de reconocer abiertamente las formas en la que ellas/ellos mismos han colaborado para encontrarse en tan complicada situación; expresar aquello que causa molestia, disgusto, enojo o tristeza, mientras el resto del grupo escucha y retroalimenta a quien expone.

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La terapia grupal es también un lugar en el que las y los participantes aprenden y practican la expresión de sentimientos y emociones; reflexionan hilando causas, consecuencias y responsabilidades propias, así como identifican las decisiones y estrategias necesarias que deben llevar a cabo para salir adelante, todo esto bajo la supervisión y orientación de un/a terapeuta experimentado.

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