La intervención en crisis (IC) tiene como primer propósito ayudar a una persona o a una familia que está pasando por un suceso traumático temporal a fin de que se pueda reducir el sufrimiento psicoemocional; posterior a los primeros auxilios psicológicos (PAP), la terapia que se lleva a cabo es conocida como terapia de crisis (TC). 

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La IC contempla entonces dos momentos relevantes; una primera dirigida a la expresión emocional de los pacientes en un ejercicio catártico y a su procesamiento, bajo un esquema de contención, así como a la evaluación del daño y la activación de redes de soporte social inmediato, que pueden ser la propia familia, amistades o la pareja; y un segundo momento dirigido a la integración del evento traumático a la vida de la persona o familia, la toma de decisiones y el restablecimiento del control de las emociones así como de los comportamientos socialmente aceptados; este segundo paso, es al que se refiere propiamente la terapia de crisis (TC)

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El uso de la IC permite disminuir la posterior aparición de trastornos psicológicos.

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